Que le den

Vemos con preocupación lo que ocurre con la “cultura de la cancelación” (…) Jesús veía más allá de las apariencias y de las etiquetas, amaba a cada uno por lo que era. Y es que a la verdad también se llega hablando con el diferente.

A muchos nos pasa, que vemos con preocupación lo que ocurre con la “cultura de la cancelación” en muchas universidades americanas, y que ya ha llegado a España y a Europa (y a todo el mundo, ndr) a través de los medios de comunicación y del mundo de la farándula. Personas que ven su carrera frustrada por un desafortunado comentario en redes, por una expresión sacada de contexto o por una mala interpretación que puede llegar a ofender de refilón a alguien —o a un colectivo particular—. Y de la noche a la mañana, ese medio o esa persona pasa al índice de la nueva inquisición y es condenada al ostracismo.

Esto lo vemos en la sociedad y nos genera un ligero escalofrío, pues habla de todo menos de diálogo, de diversidad y de apertura, aunque luego se nos llene la boca con palabras bonitas. Sin embargo, este modo de funcionar se puede colar cada vez más en nuestras relaciones cotidianas, y sin querer boicoteamos a un compañero de trabajo porque piensa, vota o viste de una forma distinta a la nuestra. Y el que era “de los nuestros” ya no lo es tanto. Y nos vamos alejando poco a poco, quedándonos solo en pequeños grupos de los que piensan igual, o sencillamente “son de los nuestros” y nos reafirman en nuestra razón, que siempre será la correcta.

Este modo de funcionar se puede colar cada vez más en nuestras relaciones cotidianas, y sin querer boicoteamos a un compañero de trabajo porque piensa, vota o viste de una forma distinta a la nuestra.

Sin embargo, la respuesta del Evangelio no pasa por ahí. Para Jesús era más cómodo quedarse únicamente con sus discípulos, pero la realidad es que salió a los caminos y no tuvo miedo de hablar con paganos y no paganos, con sacerdotes que pensaban distinto y con pecadores que les mostraban otro modo de vivir. Jesús veía más allá de las apariencias y de las etiquetas, amaba a cada uno por lo que era. Y es que a la verdad también se llega hablando con el diferente, que nos muestra que estamos llamados a aprender constantemente y que juntarnos solo con los que piensan igual, nos condena a la endogamia de pensamiento, que sobrevive al hoy pero muere en el mañana.


Fuente: https://pastoralsj.org / imagen: Pexels.

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