Sr. Director:
El ayuno es una práctica espiritual profunda compartida por varias religiones, incluidas el Islam y el cristianismo, que busca renovar la conexión con lo divino y fomentar la introspección y la disciplina. Este año, Ramadán y la Cuaresma coincidieron en el calendario, brindándonos una oportunidad única para explorar valores comunes y promover el entendimiento mutuo.
En el Islam, el ayuno durante Ramadán es uno de los cinco pilares fundamentales. Se observa desde el alba hasta el atardecer, y durante este periodo los musulmanes se abstienen de comer, beber, y otras acciones para dirigir su enfoque hacia la espiritualidad, la gratitud y la compasión. El ayuno no solo es un acto de adoración hacia Dios, sino también una forma de reflexionar sobre las bendiciones que se tienen, experimentar empatía por quienes enfrentan dificultades y fortalecer la autodisciplina. Aunque las prácticas pueden variar entre denominaciones, el espíritu del ayuno es similar en su llamado al sacrificio y a la reflexión sobre la fe y la vida.
La coincidencia de Ramadán y la Cuaresma este año nos invita a reconocer que el ayuno en ambas tradiciones es más que un acto físico; es un camino hacia la introspección, el crecimiento espiritual y el fortalecimiento de valores universales como la empatía y la solidaridad. Este cruce de calendarios nos brinda una oportunidad para compartir reflexiones, aprender unos de otros y celebrar los aspectos que nos unen, mientras respetamos las diferencias que enriquecen nuestras comunidades.
En tiempos en los que parecen prevalecer la división y los prejuicios, estas coincidencias simbólicas nos recuerdan que hay mucho más que nos une, alentándonos a construir puentes de entendimiento y colaboración.
Husein Rezuc
Fundación Islámica de Chile