La ciencia y la fe se enriquecen cuando se encuentran y, personalmente, me han ayudado a profundizar sobre mis preguntas de sentido, de fe.
Desde mi paso por el pregrado y ahora en el magisterio, una de las preguntas que más me han hecho ha sido «¿cómo puedes ser católico y científico a la vez?, si son dos cosas que van por caminos opuestos». En el tiempo, he ido dando diversas respuestas, considerando además el público que tengo enfrente. Pero, hay algo que en este tiempo me sigue dando vuelta, a saber: «¿Por qué surge en nosotros un afán de distinción, que solo busca etiquetarnos, y que no hace más que negar aquello que es distinto de mí?».
Reconozco que la pregunta que separa también la he tenido. Después de todo, me formaron bajo el modelo del conflicto. De suerte, el haberme encontrado en mis lecturas con grandes científicos como Bacon, Boyle, Leibniz, Newton, Pascal, Euler, Planck, Schrödinger, Lemaître, entre otros, me ayudó a ver que no era divergente el creer en Dios y hacer ciencia. Es más, el trabajo de estas personas estaba muy influido por la idea que ellos, como cristianos, tenían de Dios.
Sé que la pregunta por la interacción ciencia-fe tiene historia y ya ha sido abordada (pero no cerrada). En ese sentido, veo como una oportunidad que podamos buscar razones actuales por las que jugárnosla por un diálogo complementario. El estancarnos en cualquiera de los extremos, podría sesgarnos fácilmente y, desde ahí, todo lo distinto podría ser conflictivo. En cambio, una sana complementariedad nos podría llevar a gustar en su justa medida tanto de uno como de otro.
Para mí, la imagen del enlace sigue siendo portador de sentido, pues la ciencia y la fe se enriquecen cuando se encuentran y, personalmente, me han ayudado a profundizar sobre mis preguntas de sentido, de fe. En ocasiones, he visto que el modo en que me aproximo a la realidad tiene mucho que ver con mi formación científica, pero mirando con más detenimiento, emerge un modo de relación que Dios tiene conmigo, que me lleva a desplegarlo en su creación. En otras, mis preguntas de fe y existenciales, veo que la ciencia me ayuda a recorrerlas con mayor hondura. No sé si se trata de un justo medio, porque hay instancias en que una apoya a la otra. La invitación personal, siento que es más bien, un buscar que ambas dimensiones se nutran mutuamente y me ayuden a vivir en plenitud junto a otros.
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Fuente: https://pastoralsj.org