Rezar con Los Beatles

Podemos agradecer a Los Beatles su contribución a la cultura occidental, y la oportunidad que abrieron —sin ni siquiera planteárselo— para que la Iglesia pudiese difundir su mensaje en esta cultura.

El año 1963 fue decisivo para la liturgia católica. Fue el año en que se publicó Please, please me, el album debut de Los Beatles. Bueno, por eso y porque se publicó la constitución Sacrosantum Concilium. Este documento es uno de los cuatro principales del Concilio y supone el punto de partida de la reforma litúrgica. En ella, se prescribía el uso de las lenguas vernáculas para la liturgia (es decir, el idioma de cada lugar). También da indicaciones para la música litúrgica, como la introducción de instrumentos y estilos más adaptados a los distintos contextos pastorales (sin eliminar el gregoriano y el órgano).

Pero volvamos a Los Beatles. Hay un consenso extendido en que Los Beatles fueron una de las bandas más influyentes del siglo XX. Su formación fue imitada por una gran mayoría de grupos que les sucedieron. Los Beatles contribuyeron por tanto al protagonismo de la guitarra en la música popular. Esta popularidad alcanzó una cumbre en los 80, con estilos como el glam y el hard rock, y siguió presente en los 90 con el grunge y el post-rock.

Hay un consenso extendido en que Los Beatles fueron una de las bandas más influyentes del siglo XX. Su formación fue imitada por una gran mayoría de grupos que les sucedieron. Los Beatles contribuyeron por tanto al protagonismo de la guitarra en la música popular.

Todo este proceso ocurrió al tiempo que se iban buscando nuevas fórmulas para acercar la música religiosa a la cultura popular y los jóvenes. Por tanto, no es extraño que la guitarra fuera el instrumento preferido para acompañar las misas. Lo que en su momento pudo ser una jugada maestra para llamar la atención, a veces parece haberse congelado en una especie de estilo “retro” que hoy no interpela a los tradicionales ni tampoco a muchos jóvenes. Podemos agradecer a Los Beatles su contribución a la cultura occidental, y la oportunidad que abrieron —sin ni siquiera planteárselo— para que la Iglesia pudiese difundir su mensaje en esta cultura. Sin embargo, necesitamos continuar ese esfuerzo de comunicar el mensaje en el lenguaje de hoy. Gracias a Dios hay quien emprende esa tarea (desde Hakuna a TSNC). En todo caso, además de adaptar, como dice el Concilio, no olvidemos seguir ofreciendo formación en música litúrgica, para que otros puedan sumarse a esa tarea.


Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.

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