El martes 25 de julio inició en Roma la Cumbre de la FAO sobre los sistemas alimentarios mundiales, que finalizó el miércoles 26. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, abrió los trabajos reiterando lo escandaloso que resulta que en un “mundo de abundancia” millones de personas mueran o padezcan hambre.
“Los sistemas alimentarios del mundo están destrozados y millones de personas están pagando el alto precio”. Así definió sin tantos rodeos el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, refiriéndose al escándalo de un “mundo de abundancia” que cuenta con millones de obesos, pero también con dos mil millones de pobres y tres mil millones de personas que no pueden permitirse una alimentación sana. Pérdidas y despilfarros que deben combatirse con una mejor gestión de los sistemas alimentarios para limitar las desigualdades y con la reducción de la deuda de varios países.
La forma en que hoy se producen, distribuyen y consumen los alimentos, subrayó el secretario general de la ONU, es responsable de la contaminación y del cambio climático. En las condiciones actuales —dijo— “basta una nueva sacudida para que poblaciones enteras pasen hambre”, como la no renovación del acuerdo sobre las exportaciones ucranianas de cereales.
Asimismo, reiteró su llamamiento a Rusia para que dé marcha atrás en su “desafortunada decisión” de bloquear el acuerdo. Un llamamiento que encontró —al margen de la conferencia— la aprobación del presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, quien al recibir a Guterres calificó la decisión de Putin de “elección muy grave, con consecuencias muy serias para las poblaciones de muchos países”.
“Necesitamos acelerar la transformación de los sistemas alimentarios para que sean más sostenibles y resilientes”, aseguró el director general de la FAO, Qu Dongyu, al intervenir en la sesión plenaria de apertura de la Cumbre sobre sistemas alimentarios +2. “La FAO —explicó— cree que necesitamos centrarnos en aceleradores transversales”, en los campos de la ciencia y la innovación, lo digital, las finanzas y la gobernanza.
“Necesitamos acelerar la transformación de los sistemas alimentarios para que sean más sostenibles y resilientes” – Qu Dongyu, director general de la FAO.
“Para transformar los sistemas agroalimentarios será necesario invertir cuatro mil millones de dólares en los países de ingresos bajos y medios de aquí al 2030”, añadió Qu, señalando que “se trata de una cantidad ingente de dinero”. Además, reducir las brechas de género y de ingresos en los sistemas agroalimentarios “puede aumentar el PIB en cien mil millones de dólares, reduciendo la inseguridad alimentaria en dos puntos porcentuales y el número de personas sin acceso seguro a los alimentos en cuarenta y cinco millones”.
“Para ello —continuó el director general de la FAO— es necesario centrarse en la ciencia, utilizar menos recursos y aumentar la resistencia climática al calor y la sequía, para reducir el desperdicio de alimentos que podrían alimentar a mil millones de personas más”.
Por último, fundamental para Qu, “es una financiación pública integrada” para ayudar a los agricultores a acceder a instrumentos financieros, y una nueva gobernanza sinérgica y coordinada.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, anunció que la próxima presidencia italiana del G7 tendrá la seguridad alimentaria en el centro de su agenda, y habló de un nuevo “Plan Mattei” para los países africanos y del Sur global en general, para que —reiteró, citando al Papa Francisco— todos tengan asegurado “el derecho a no tener que emigrar, la posibilidad de vivir en paz y con dignidad en su propia tierra”.
Al margen de la cumbre, Meloni se entrevistó primero con los dirigentes de algunos países del Magreb y después con los del Cuerno de África.
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.