Según las Escrituras

La Sagrada Escritura es el reflejo de que Dios nunca defrauda. Su resurrección nos recuerda que la vida, su Vida, está por encima de cualquier muerte, por última que parezca.

Si echamos mano del diccionario de la RAE y buscamos el término «según», la primera acepción que nos aparece es «conforme, o con arreglo a», y podemos añadir: la ley, Wikipedia, Chatgpt, etc. En este sentido la frase del Credo en la que nos centramos ahora entendería que las Escrituras son la fuente documental por la cual sabemos que todo aquello que acabamos de confesar (vida, muerte y resurrección de Jesús) fue real. Es decir, la «bibliografía» de nuestra fe. Pero su sentido va más allá de un «libro» y pone de manifiesto el cumplimiento de una gran promesa predicada durante siglos.

Para centrarnos nos viene bien asumir la tercera acepción de la RAE: «en proporción». Pues esta pequeña frase viene a subrayar que Dios hizo realidad su Buena Noticia de salvación en Jesús, tal y como habían prometido sus profetas al Pueblo de Israel. Que los siglos de promesas a tantos hombres y mujeres del Antiguo Testamento tienen su culmen en la vida, muerte y, especialmente, en la resurrección de Jesús como el modo en que Dios obra su salvación.

Dios hizo realidad su Buena Noticia de salvación en Jesús, tal y como habían prometido sus profetas al Pueblo de Israel.

Es probable que ya nos fiemos poco de la gente que nos promete grandes proyectos, pues los fracasos han podido ser muchos y dolorosos. A veces, incluso ni siquiera de Dios, porque no entendemos nada. La Sagrada Escritura es, entonces, el reflejo de que Dios nunca defrauda. Su resurrección nos recuerda que la vida, su Vida, está por encima de cualquier muerte, por última que parezca.


Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.

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