Tuvo lugar en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el briefing dedicado al Sínodo para la Amazonía. Tras la introducción de la vice directora de la Oficina de Prensa, la Dra. Cristiane Murray, la bienvenida del Prefecto Ruffini, que subrayó las palabras del Pontífice durante la apertura del Sínodo, referidas a la necesidad de proteger el espacio de discernimiento eclesial y la hermenéutica del Sínodo.
Primera sesión informativa en la Oficina de Prensa de la Santa Sede sobre los trabajos sinodales. El encuentro tuvo lugar con la presencia de monseñor David Martínez De Aguirre Guinea, O.P., Obispo titular de Izirzada y Vicario Apostólico de Puerto Maldonado; monseñor Emmanuel Lafont, Obispo de Cayenne; la hermana Alba Teresa Cediel Castillo, misionera de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena; el Dr. Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, y el padre Giacomo Costa sj, Secretario de la Comisión para la información.
EVITAR SÍNODO DENTRO Y FUERA DEL AULA
El proceso sinodal es un camino que se realiza cum Petro et sub Petro, es decir, con Pedro y en obediencia a Pedro, y por ese motivo es necesario “proteger el espacio de discernimiento eclesial y la hermenéutica del Sínodo”, como “espacio de camino de los discípulos”. El prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede comunicó que el Dicasterio se encargará de difundir tras cada congregación una breve síntesis de los debates, de modo de narrar lo que se dice, “con el máximo de fidelidad y de transparencia”. Cada tarde, de hecho, habrá una relación que será publicada por L’Osservatore Romano y los medios vaticanos. Esta necesidad de evitar un Sínodo “dentro” y otro “fuera” —es decir, mediático ndr.— fue remarcado también por el Secretario de la Comisión para la información, el padre Giacomo Costa, por la evidente necesidad de narrar el proceso interior de escucha de los padres sinodales, teniendo presente sin embargo que se debe contemplar, entre otras cosas, “la posibilidad de los cambios de idea y la confrontación”.
LA AMAZONÍA: DESDE EL CORAZÓN DE LA IGLESIA AL MUNDO
Entre los relatores del briefing, Mons. Martínez de Aguirre, Vicario Apostólico de Puerto Maldonado, el lugar donde el 19 de enero de 2018 hiciera sus primeros pasos hacia el Sínodo de la Región Panamazónica encontrando a los pueblos originarios. Mons. Martínez en el briefing afirmó que fue precisamente tras ese encuentro, marcado por la escucha atenta del Papa y la voluntad manifestada de hacerse eco de las realidades de los pueblos amazónicos, que ellos mismos pidieron a la Iglesia que “camine con ellos”:
“El Papa les ha dado una respuesta: ‘queremos que ustedes ayuden a la Iglesia a encontrar nuevos caminos’”, recordó el prelado. “Por eso estamos aquí en el Sínodo todos: obispos, misioneros, religiosos y pueblos indígenas, para participar en este proceso, en el corazón de la Iglesia para, desde aquí, proponernos al mundo entero. Esta es la experiencia bella de lo que estamos viviendo y lo emocionante de este Sínodo”. El “cómo el Papa ha sido capaz de traer la Amazonía al corazón de la Iglesia y ponerla a la atención de todo el planeta”.
LA MUJER EN EL PROCESO SINODAL
La hermana Alba Teresa Cediel Castillo, de las Misioneras de María Inmaculada fundadas por Laura Montoya en Colombia en 1914 en medio de la selva, habló de la historia de su Congregación dedicada al servicio de los pueblos indígenas, presente en seis de los nueve países donde tiene presencia el bioma amazónico.
“Estamos en seis países donde la situación de la mujer es muy triste, ya sea por las grandes distancias geográficas, como porque la mujer es quien debe asumir diversas problemáticas relativas a las migraciones, al narcotráfico, a la guerrilla…”. La religiosa señaló que ellas nutren grandes expectativas por este Sínodo: “La esperanza es de poder caminar en sinodalidad con los obispos, sacerdotes y con los pueblos originarios”. Respondiendo a una pregunta sobre si está satisfecha del modo en que fueron incluidas las mujeres en el proceso sinodal, y si considera suficiente la participación de las mismas, la religiosa retomó las palabras del Pontífice sobre el Instrumento de trabajo: “El documento será mártir para surgir otro donde todos y todas podamos surgir”. “Nuestra participación es poco a poco”, precisó, y señaló que la presencia de la mujer en la selva de la amazónica “es muy grande”: hay pocos sacerdotes, mientras que las religiosas tienen una presencia constante.
“Estamos presentes en cada lugar y hacemos lo que puede hacer la mujer” —dijo la hermana Alba—. “Acompañamos a los indígenas y cuando los sacerdotes no pueden, nosotras bautizamos. Nosotras hacemos presencia y somos testigos del amor y de la pareja. Nos ha tocado escuchar en confesión, pero no hemos dado la absolución: en nuestro corazón hemos dicho con humildad que creemos que Dios Padre actúa allí en los momentos delicados”. “No solo nosotras —aclaró— sino muchas congregaciones religiosas”. “¿La participación de la mujer debe ser más grande? Creo que sí”, respondió. Pero esta participación debe darse “poco a poco”, en un ámbito de diálogo y “sin presionar”.
PERSONAS QUE NO SE SIENTEN LIBRES EN SU PROPIA TIERRA
Monseñor Emmanuel Lafont, Obispo de Cayenne, Guayana Francesa, se refirió a la situación en la región de su competencia: la mayor parte de Guayana se encuentra en la zona Amazónica y cuenta con un alto porcentaje de nativos originarios. También hay presencia de afroamericanos, ex esclavos de Surinam que viven en la Selva. Personas, dijo “que se sienten abandonadas por el Estado, no se sienten libres en su propia tierra”.
El prelado explicó que la educación de los niños “fue colonizada por los franceses”, con la consecuencia de que los jóvenes “se alejan de sus padres”. “Los hijos aprenden cosas que los padres no conocen, así se crean brechas importantes entre estas generaciones; los padres no están reconocidos por nadie y esto lleva a muchos suicidios”. “La difusión de la cultura tradicional amerindia ya no existe”.
Son muchas las expectativas que nutre también el obispo Lafont en este Sínodo, en particular relacionadas con los derechos de los indígenas que “Francia no reconoce”. El obispo espera, además, que los obispos franceses, “mis hermanos —dijo— me escuchen: están muy lejos nuestro y también tienen sus dificultades, desafíos”. “Guayana está lejos o ellos están lejos de Guayana”, planteó, y señaló que el Sínodo brinda la posibilidad de un desafío “no solo para Iglesia en Francia sino para todas las Iglesias”.
INCULTURACIÓN: LA PROPIA CULTURA A LA LUZ DEL MENSAJE
“¿Qué significa inculturación?”. A esta pregunta respondió el secretario general: inculturación es una preocupación presente en la Iglesia Amazónica y en los pueblos indígenas, y es una preocupación marcada por el Papa. Hablar de inculturación, explicó, significa que por un lado es una Iglesia que va con un mensaje y trata de transmitirlo en los códigos del receptor.
El sacerdote observó que a veces en la Iglesia “nos quedamos en ese paso”, en creer que cuando “el misionero que logra entender el idioma”, logra “meterse en el mundo de una determinada comunidad indígena” y se da “el paso de la inculturación”. “Creemos que el misionero es el protagonista”. En cambio, “hay que dar otros pasos”, porque “son los propios pueblos” que tienen que “captar el mensaje en los propios códigos, tienen que valorarlo, ver con qué se quedan”. Luego entra otro proceso, en que ese mensaje “les servirá y podrán estudiar sus propias costumbres y formas de ser en base al mensaje que se ha recibido”. “Inculturación se da cuando los mismos indígenas son los sujetos de la evangelización no los objetos, y le dan un colorido especifico más acorde con su cultura y van tamizando su propia cultura a la luz de ese mensaje”.
DANDO VISIBILIDAD A LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS, PODEMOS AYUDAR
Monseñor David Martínez Aguirre, en el momento de las preguntas de los periodistas, habló sobre cómo el Sínodo puede ayudar a entender la realidad de los pueblos amazónicos. Es “dándoles visibilidad, con los medios que tenemos, que podemos ser sus aliados” y “ayudarlos a mostrarse por lo que son”, afirmó.
“Occidente tiende a tener una mirada folclórica de estos pueblos, pero la mayor parte de los indígenas no visten con plumas, se las ponen para eventos especiales, como nosotros”, respondió, refiriéndose al pasaje del discurso del Papa en que habló de un comentario “burlón” de una persona sobre las vestimentas de los indígenas. “A veces nos quedamos con esas imágenes más llamativas y nos cuesta mirar al corazón y descubrir lo que de verdad hay en estos pueblos, el modo en que se relacionan con la naturaleza, entre ellos, las alianzas de no acumular nada más en la vida que relaciones humanas. La Iglesia pueda ayudar a mostrarse en lo que son, pero ellos tienen voz propia y saben hacer”, aseguró.
VIRI PROBATI
En relación al tema de la ordenación de los viri probati, la propuesta que contempla la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana, el prefecto Paolo Ruffini retomó las palabras del cardenal Hummes, señalando que el instrumento afronta este tema que nace del pedido, de la exigencia del pueblo amazónico de recibir el Sacramento.
“Es un Sínodo que apenas ha comenzado, es un proceso que no sabemos a dónde llevará, no escuchar sería equivocado”. En la conferencia de prensa de presentación del Sínodo —continuó— se habló de la exigencia de recibir los sacramentos, y una solución es la de los viri probati. “Dejemos que el Sínodo haga su reflexión, discernimiento, oración y que confíe la reflexión al Papa”. “Este es el procedimiento sinodal”.
“Si de algo se trata este Sínodo —expresó Mons. David Martínez Costa— es que como Iglesia asumamos nuestros retos y demos respuestas”.
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Fuente: www.vaticannews.va