Sínodo: ¿Seremos capaces de caminar juntos?

Sr. Director:

El papa Francisco nos invitó en octubre de 2021 a participar en el sínodo «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», como tiempo de escucha, diálogo oración y discernimiento. Se trata de escuchar la voz de toda la Iglesia y no solamente a los obispos, con el objetivo común de buscar soluciones pastorales que tengan validez y aplicación universal; «todos estamos llamados, en virtud de nuestro Bautismo, a participar activamente en la vida de la Iglesia. En las parroquias, en las pequeñas comunidades cristianas, en los movimientos de laicos, en las comunidades religiosas y en otras formas de comunión, mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, todos estamos invitados a escucharnos unos a otros, para oír los impulsos del Espíritu Santo, que viene a guiar nuestros esfuerzos humanos, introduciendo vida y vitalidad a la Iglesia y llevándonos a una comunión más profunda para nuestra misión en el mundo» (Vademecum 1.2); haciendo notar que «precisamente el camino de la Sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio». En catedrales y parroquias de nuestro país se desarrollaron celebraciones para dar inicio a la etapa diocesana del Sínodo con la participación de representantes de parroquias, comunidades, movimientos laicales, diferentes grupos y pueblo de Dios en general con una gran esperanza y alta expectativa.

El suscrito realizó en forma independiente el estudio y análisis de los documentos que conforman el proceso, como el Vademecum, el Documento Preparatorio, las Guías de Trabajo de Participación Diocesana en el Sínodo, las fichas de trabajo del Instrumentum Laboris y del Informe de Síntesis «Una Iglesia sinodal en misión», además de los informes diocesanos sobre el Sínodo de la Sinodalidad.

Finalizada en Roma la primera sesión del Sínodo en octubre 2023 se han realizado en el país conversatorios sobre la Sinodalidad organizados por la Conferencia Episcopal de Chile, Universidad Católica; Universidad Católica del Maule y la Diócesis de Talca; en Osorno se celebró la primera Asamblea Sinodal Diocesana 2024 asistiendo más de 270 agentes pastorales; también asambleas en Puerto Montt; Temuco y otras diócesis, encuentros de gran importancia; pero es muy notoria la ausente promoción, entusiasmo y participación del mayoritario pueblo católico en parroquias y comunidades de otras diócesis del país como lo fue durante el año anterior y así poder recibir sus aportes para la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos 2024 por simple y humilde que esta se considere.

Desde el Vaticano se han entregado documentos con información y hojas de ruta que orientan para profundizar en clave misionera. Se pide a las iglesias locales que lleven a cabo «una nueva consulta en la que participen personas y grupos (párrocos, órganos de participación, equipos sinodales, etc.) que expresen una variedad de experiencias, competencias, carismas, ministerios dentro del Pueblo de Dios y cuyo punto de vista sea de especial ayuda para enfocar el «cómo» crecer como Iglesia sinodal. Y parece esencial la implicación de expertos e instituciones académicas presentes en la zona, para que pueda estar presente la contribución de la pericia teológica y canónica, así como de las ciencias humanas y sociales pertinentes».

Pero los esfuerzos no son suficientes. Hay tanta riqueza que aún no ve la luz de los Informes diocesanos de nuestro país que, de ser tomados en cuenta por laicos y clero, sin duda hará que haya un momento de gran gozo poder compartir fraternalmente. Desde ya, ofrezco y pongo a disposición este largo y encantador trabajo de estudio que he realizado. La invitación es para laicos y clero interesados en la conversión sinodal de la Iglesia con vistas a la misión, para que soñemos juntos la iglesia que queremos… Podemos hacerlo; pero es necesario despojarnos de antiguas vestiduras.

Harold Valenzuela Mouras
Laico, Rancagua