Trigo ucraniano bloqueado por la guerra, riesgo crisis alimentaria en África y Oriente Medio

La ONU da la voz de alarma por los 4,5 millones de toneladas de cereales bloqueados en los puertos ucranianos del Mar Negro a causa del conflicto. La FAO denuncia un aumento récord en el coste de los productos alimentarios, una tendencia que puede tener efectos desestabilizadores en muchos países pobres, especialmente en el norte de África y Oriente Medio.

Ucrania está considerada como uno de los principales “graneros” del mundo, y de sus exportaciones de cereales dependen las necesidades alimentarias de muchos países, especialmente de Europa, Oriente Medio y África. La invasión rusa y la guerra han bloqueado estas exportaciones y el domingo, el representante del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, Martin Frick, informó de que casi cuatro millones y medio de toneladas de trigo están atascadas en los puertos ucranianos debido al cierre de las rutas marítimas como consecuencia del conflicto. “El hambre no debe convertirse en un arma”, dijo Frick, y pidió que se reanude el suministro de alimentos ucranianos a otras naciones para aliviar la crisis alimentaria mundial.

PRECIOS RÉCORD DE LOS ALIMENTOS

En marzo, la FAO informó de un aumento récord de los precios de los alimentos que no se había visto desde que comenzó el estudio en 1990. Basta pensar que Ucrania representa por sí sola el 12% y el 16% de las exportaciones mundiales de trigo y maíz, y que contribuye con cerca de la mitad de la producción mundial de aceite de girasol. Además, la guerra se produce en un contexto de rápido aumento de los precios durante casi dos años, causado primero por los cierres y los posteriores problemas en las cadenas de suministro mundiales. Coldiretti calcula que alrededor del 10% de las exportaciones de trigo y maíz de Ucrania están bloqueadas y denuncia que la paralización de los envíos desde los puertos del Mar Negro corre el riesgo de alimentar la especulación internacional en el mercado de productos agrícolas. En los países ricos, esta situación genera inflación y escasez de ciertos productos, pero en los países pobres amplía el área de la pobreza alimentaria, dijo Coldiretti en un comunicado.

APPOLITO (COLDIRETTI): MUCHOS PAÍSES EN RIESGO DE CRISIS ALIMENTARIA

Alessandro Appolito, responsable de la cadena de suministro de Coldiretti, analiza con nosotros las consecuencias del conflicto en el mercado de los cereales. Enseguida señala que el aumento del precio de los cereales puede tener repercusiones que se definen como “inimaginables” en los países de bajos ingresos. Appolito cita el ejemplo de Egipto y Turquía, que tienen grandes poblaciones e importan más de 17 millones de toneladas de trigo. “Hoy ese trigo ya no llega —señala— y los efectos en el coste del pan son evidentes. También hay efectos en países más pequeños como Yemen, que importa el 22% de su trigo de Ucrania, Líbano importa el 50% y Siria es otro país en riesgo. Son escenarios en los que ya hay guerras y crisis políticas, y ahora corremos el riesgo de tener poblaciones aún más hambrientas”. Las poblaciones europeas y las que están en riesgo de pobreza también se ven afectadas por el aumento del precio de todos los alimentos.

ESPECULACIÓN SOBRE EL TRIGO

La falta de trigo ucraniano alimenta, por tanto, la inseguridad alimentaria en los países pobres y un aumento insostenible de los costes para los pobres incluso en los países occidentales. Por ello, Coldiretti pide una reflexión sobre la “globalización impulsada que se ha promovido como modelo en los últimos años”. “La pandemia y la guerra están demostrando la fragilidad de estas interconexiones —explica Appolito—, tenemos que aspirar a una forma de autosuficiencia alimentaria, muchas producciones se han debilitado también por la especulación, hay quienes tratan los alimentos como si fueran acciones de oro”. “En estas horas denunciamos las especulaciones —continúa— de quienes juegan en la bolsa con los futuros del trigo, apostando por el hambre y la guerra, y la gran distribución que apunta por el bajo coste”. Por ello, el responsable de las cadenas de suministro de Coldiretti pide que se recuperen las tierras abandonadas por los agricultores (solo en Italia hay un millón de hectáreas) porque no se garantizaba el precio justo de los productos cultivados. Appolito también señala que la mayoría de los fertilizantes utilizados en la agricultura también proceden de Ucrania y Rusia, lo que ha provocado un nuevo aumento de los costes. “Desde el inicio del conflicto —concluyó— se ha producido un aumento exponencial de las empresas agrícolas en crisis y, en general, tememos que los efectos de la guerra sean a largo plazo, por lo que pedimos a Europa que sea más valiente y ponga en marcha más herramientas para aumentar nuestra producción”.

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Fuente: www.vaticannews.va

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