El 1° de septiembre comenzó oficialmente el año escolar en Ucrania, por primera vez en condiciones de guerra. Muchos niños y jóvenes no podrán asistir porque sus vidas han quedado destrozadas por el conflicto, al igual que muchos están heridos u hospitalizados en países lejanos. Para los que se quedan, la reanudación de los estudios se producirá en medio de muchos desafíos, como nos relata el jefe del Departamento de Educación de la Iglesia greco-católica ucraniana, el padre salesiano Petro Mayba.
NÚMERO DE NIÑOS VÍCTIMAS DE LA GUERRA
Hasta el 28 de agosto de 2022 —según la Fiscalía General— más de 1.112 niños han resultado heridos en Ucrania como consecuencia de una agresión armada. Según la información oficial, 379 niños murieron y más de 733 resultaron heridos de diversa gravedad, pero las cifras no son definitivas.
PREPARANDO EL AÑO ESCOLAR
Antes del comienzo del nuevo año, el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania ha publicado informaciones y recomendaciones sobre la organización. El padre Petro las comenta, haciendo hincapié en la seguridad que determinará la organización del proceso educativo y la elección de los padres acerca la asistencia a las clases presenciales o en línea. Si los padres no aceptan la forma de educación presencial y a tiempo completo, pueden elegir un horario a distancia o individual, o trasladar al niño a una forma de educación externa o familiar. Sin embargo, la educación presencial solo puede introducirse en las escuelas que estén equipadas con refugios que cumplan determinadas normas. Si estos refugios son demasiado pequeños para acoger a todos los alumnos, el proceso educativo puede organizarse por turnos.
Si los padres no aceptan la forma de educación presencial y a tiempo completo, pueden elegir un horario a distancia o individual, o trasladar al niño a una forma de educación externa o familiar.
CERCANÍA Y CONTINUIDAD, FACTORES CLAVE
Para la escuela primaria (siempre que sea posible), es preferible la presencia, porque los niños necesitan comunicación en directo: “Esta es la gran emergencia”, explica el padre Petro, “sin contacto humano no hay crecimiento ni desarrollo”. Y luego “la inestabilidad juega un papel importante en los procesos educativos y de formación”.
Para el contexto de las escuelas y la educación católica, el P. Petro subraya la prioridad de la cercanía. “La vida continúa y debemos ser capaces de vivir y vivir bien, aunque haya guerra a nuestro alrededor. Tenemos que adaptarnos a la nueva situación”.
Fuente: www.vaticannews.va