Todo el mundo, incluido Kiev, quiere que Moscú participe en la próxima cumbre de paz que se celebrará en noviembre. Así lo afirmó el Presidente ucraniano, que abre así una ventana a las negociaciones con el Kremlin.
En la primera cumbre de junio celebrada en las montañas suizas, en Burgenstock, Rusia no fue invitada, pero ahora ha llegado el momento de que Moscú “se siente a la mesa” de negociaciones. Esto es lo que dijo el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en una entrevista con los medios franceses. “La mayoría del mundo —afirmó— cree que Rusia debe estar representada en la segunda cumbre, de lo contrario no lograremos resultados significativos”. El Presidente ruso Putin ha dicho que está abierto a negociaciones, pero que solo ordenaría un alto el fuego si Kiev cediera el territorio que Rusia reclama como propio. El plan de Zelensky, por su parte, se centra en 10 puntos, entre ellos el restablecimiento de la integridad territorial ucraniana, el retorno de los prisioneros de guerra y algunas garantías en los ámbitos energético y económico.
Putin ha dicho que está abierto a negociaciones, pero que solo ordenaría un alto el fuego si Kiev cediera el territorio que Rusia reclama como propio.
Rusia, por su parte, ha duplicado los bonos para los voluntarios de guerra: quienes se alistan entre el 1 de agosto y el 31 de diciembre de 2024 recibirán un pago único de 400.000 rublos, unos 4.650 dólares, más del doble de la suma pagada anteriormente, un salario mensual de mucho más alto que el ingreso promedio ruso. De esta manera, con un decreto firmado el miércoles, la dirección rusa intenta atraer un mayor número de voluntarios a la guerra contra Ucrania. Un método, el de los incentivos financieros, que se utiliza desde el inicio del conflicto, en febrero de 2022.
Mientras tanto, la inflación en el país está creciendo dramáticamente. Según el último informe de inteligencia del Ministerio de Defensa británico, la inflación en Rusia ya ha alcanzado el 8,3% anual —el doble de la previsión del Banco Central para 2024—, un aumento debido al gasto de guerra, que tiene como consecuencia un aumento de las tasas de interés y convierte a Rusia en “un mal lugar para invertir”. Este es un hecho que Moscú niega, afirmando por el contrario que “la inflación es estable y el crecimiento económico es fuerte”.
Finalmente, el primer grupo de cazas F-16 de los aliados de la OTAN ha llegado a Ucrania, respetando efectivamente el plazo fijado para finales de julio. Así lo escribe el sitio web Bloomberg, según el cual se trataría de un pequeño número de aviones que, sin embargo, podrían aumentar las capacidades de Ucrania para repeler los ataques rusos.
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.