Entre los años 2000 y 2020, la población mundial con acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura aumentó en más de dos mil millones, pasando a cinco mil ochocientos millones.
“A pesar de estos avances, existen grandes disparidades geográficas y dos mil millones de personas aún no utilizan agua potable gestionada de forma segura”.
El nuevo informe “The State of the World’s Drinking Water” (“El estado del agua potable en el mundo”), presentado este 24 de octubre por la OMS, UNICEF y el Banco Mundial, señala que más de dos mil millones de personas han obtenido acceso al agua potable en los últimos veinte años. Este progreso, aunque positivo, es frágil y desigual, ya que una cuarta parte de la población mundial se ha quedado atrás.
CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático aumenta la frecuencia e intensidad de las sequías y las inundaciones, lo que agrava la inseguridad del agua, interrumpe el abastecimiento y causa estragos en las comunidades. Mientras tanto, la rápida urbanización está aumentando la presión sobre la capacidad de las ciudades para suministrar agua a los millones de personas que viven en comunidades informales y barrios marginales.
“Los gobiernos deben invertir en sistemas de agua potable”.
Según el nuevo informe, si el mundo quiere lograr el acceso universal al agua potable y mitigar los efectos del cambio climático, los gobiernos deben invertir estratégicamente en la construcción de sistemas de agua potable, no solo aumentando la financiación, sino también reforzando las capacidades de planificación, coordinación y regulación de los servicios de suministro.
Algunos datos del informe:
– Los promedios nacionales, regionales y mundiales suelen ocultar importantes desigualdades en los niveles de servicio entre los países y dentro de ellos. Mientras que tres de cada cuatro personas en el mundo utilizaban servicios de agua potable gestionados de forma segura en el 2020, la cobertura regional oscilaba entre el 96% en Europa y América del Norte y apenas el 30% en el África subsahariana.
– El agua potable insalubre es una de las principales causas de los más de un millón quinientas mil personas que mueren cada año de diarrea, la mayoría de ellas bebés y niños pequeños. Las diarreas pueden ser desde enfermedades leves y autolimitadas hasta enfermedades graves, como la fiebre tifoidea y el cólera, que es endémico en sesenta y nueve países y se calcula que causa casi tres millones de casos anuales, que causan la muerte en cuestión de horas si no se tratan.
– Se calcula que entre noventa y cuatro y doscientos veinte millones de personas corren el riesgo de estar expuestas a altas concentraciones de arsénico en las aguas subterráneas, la mayoría (94%) en Asia.
– Se calcula asimismo que cada día, en todo el mundo, se pierden casi trescientos cincuenta millones de metros cúbicos de agua a causa de las redes de distribución. Esta situación da lugar a considerables emisiones evitables debido al tratamiento y bombeo adicionales del agua desperdiciada.
“Millones de niños asisten a escuelas que carecen de agua potable”.
– Millones de niños asisten a escuelas que carecen de agua potable. En el 2021, quinientos cuarenta y seis millones de niños no contaban con un servicio básico de agua potable en su escuela, de los cuales doscientos ochenta y ocho millones no tenían ningún servicio de agua potable.
“Proporcionar un mayor acceso al agua potable ha salvado muchas vidas, la mayoría niños. Pero el cambio climático está erosionando estos logros”, dijo María Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS. Y añadió: “Debemos acelerar nuestros esfuerzos para garantizar que toda persona tenga un acceso adecuado al agua potable, que es un derecho humano, no un lujo”.
OBJETIVO DE DESARROLLO SOSTENIBLE
El informe ofrece un análisis exhaustivo de los vínculos entre el agua, la salud y el desarrollo, con recomendaciones prácticas para los gobiernos y los socios, ilustradas con ejemplos acerca de cómo los países están contribuyendo al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de lograr agua potable gestionada para todos en 2030.
Las recomendaciones generales incluyen:
– Reforzar las instituciones existentes colmando las lagunas, facilitando la coordinación, creando un entorno normativo respaldado por leyes y normas de calidad de los servicios y garantizando su cumplimiento.
– Aumentar drásticamente la financiación de todas las fuentes, con los proveedores de servicios de agua mejorando la eficiencia y el rendimiento y los gobiernos, proporcionando un marco administrativo, reglamentario y político estable y transparente.
– Aumentar la capacidad del sector hídrico mediante una mano de obra capaz y motivada a través de una serie de enfoques de desarrollo de capacidades basados en la innovación y la colaboración.
– Garantizar la disponibilidad de datos e información pertinentes para comprender mejor las desigualdades en los servicios de agua potable y tomar decisiones basadas en datos concretos.
– Fomentar la innovación y la experimentación mediante políticas y normativas gubernamentales de apoyo, acompañadas de un seguimiento y una evaluación rigurosos.
Fuente: www.vaticannews.va / Imagen: Pexels.