Por un lado, es claro que hay una situación extremadamente tensa y que están ocurriendo protestas duras, incluso violentas. Lo que ocurrió en Petare (Barrio 5 de Julio), en El Valle y en San Martín, fue verdad.
Pero también es verdad que el régimen está actuando para agravar lo que ya es muy delicado: los saqueos en El Paraíso en la noche y madrugada del miércoles 19 para el jueves 20, fueron perpetrados por los colectivos con la protección de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que tenía tomada la Av. Páez; en Antímano no hubo saqueos esa noche porque la gente del barrio bajó y enfrentó a los “colectivos” que querían saquear los negocios; en Los Teques, en Guayana y en muchos otros lugares está comprobada la acción de elementos del Gobierno no conteniendo sino profundizando el caos…
Y esa misma conducta oficialista se extiende a lo comunicacional: tienen una fábrica de rumores súper intensa, y su objetivo es difundir mucha porquería para que al final nadie pueda distinguir lo que es mentira de lo que es verdad. Han llegado al extremo de grabar supuestas “notas de voz” en estudios de grabación para ponerles disparos, explosiones, ruido de aviones aterrizando o despegando, para darle más credibilidad a sus mentiras.
En resumen: el régimen está jugando al caos, porque saben que si se llega a una solución electoral van a perder, y creen que si hay una situación de fuerza podrían negociar su impunidad. Eso es lo que está ocurriendo.
Mientras seguimos haciendo presión para que aquí haya elecciones libres, tenemos que estar muy vigilantes con la fábrica de rumores: mientras más grave, preocupante o escandalosa sea la información que nos llegue, con más rigor debemos verificarla, buscando confirmación en las cuentas de periodistas o políticos que nos merezcan confianza, y solo después de confirmar es que debemos difundir.
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Fuente: http://revistasic.gumilla.org